¿Qué nos pasa con ella?


 
¿Por qué Aimar llora con deshago con el primer  gol de Messi a México? ¿Por qué no paramos de ver hinchas de todas las nacionalidades llorando de emoción en las tribunas del mundial? ¿Por qué tantos jugadores y muchísimos de nosotros hemos llorado por cuestiones relativas a la pelota? ¿Por qué Scaloni llora después del segundo gol con Mexico y dice luego en la conferencia de prensa que no podemos ponernos así? Que su hermano no soportó el partido y se fue a llorar al campo, que es una cuestión de “sentido común”, que no debemos tomarlo así, que es “sólo un partido de fútbol”. 

A partir de mis conocimientos en diferentes áreas, como ex jugadora de fútbol, como hincha, como ex directora técnica de fútbol, como ex docente y profesora de Educación Física, como ex profesora de yoga y meditación y actual estudiante en Neurociencias, yo les voy a contar lo que creo que sucede al respecto.  

Obviamente le ratifico al DT que nuestra conducta claramente no tiene “sentido común” ni lógica. Así es. Tiene razón. Es que justamente no pasa por la razón. Es todo lo opuesto. Hasta los seis años de edad, lxs niñxs son una esponja, absorben absolutamente todo, sin ningún tipo de análisis de nada. Y lo que guardan queda profundamente archivado en su subconsciente que es el 95% de la mente, y todo lo que allí queda, queda grabado en el cuerpo... VIVE EN EL CUERPO. Frente a una experiencia que les sucede, se provoca una emoción. Por ejemplo, Argentina hace un gol, el padre, o quien sea, grita desaforado, se pone feliz, llora de la felicidad, el chico absorbe por asociación positiva y queda grabada su conducta. Cuanto más intenso es la experiencia y emoción que la acompaña, más profunda la grabación. Entonces es así como aprehende por asociación positiva o negativa. Y si eso se repite y se repite va formando un comportamiento humano.  

En este caso del fútbol, es la pasión, la euforia… las más peligrosas de las emociones porque no tiene “goyete”, no hay lógica ni razón en ese momento de pasión, no hay posibilidad de pensamiento consciente cuando la pasión está en juego. ¿Y saben qué? Nosotros somos eso también y no hay nada de malo en ello, mucho menos si somos conscientes de lo que somos. Terminamos siendo todxs niñxs cuando se juega el deporte más popular y apasionante de la historia, en su máxima competencia que es el mundial. Y más en Argentina, uno de los países más “futboleros”. 

Lxs niñxs a los seis años empiezan a desarrollar una barrerita en la cabeza, la del análisis (empiezan a pensar un poco por sí mismos, empiezan a desarrollar cierto juicio y lógica) pero recién empieza a gestarse allí. A los nueve ya está formada esta barrera. Es una barrera que divide la mente consciente (5%) de la subconsciente (95%). Todas las experiencias hasta aquella edad, ligadas a las emociones que generan, quedan grabadas en ese 95% y por lo tanto en el cuerpo, sin ninguna posibilidad de lógica y de análisis. Por eso decía Jung que hasta que no hagas consciente lo inconsciente, tu subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú lo llamarás destino. Hay suficiente acceso a estas cosas hoy en día. Hacer consciente lo subconsciente hoy en día es una tarea que no deberíamos dejar de hacer. Porque de lo contrario siempre responderemos de manera automática frente a las mismas experiencias, cometiendo siempre los mismos “errores”. ¿Les suena?  

Volviendo al fútbol, en este caso nos lleva hacia la euforia y la pasión que nos fue inculcada en la cabeza y en el cuerpo por nuestros padres, el colegio, los clubes y la sociedad toda. Encima el nuestro, es un país futbolero. Existe una gran mayoría apasionada por el fútbol. Se inicia en la casa, con tu papá, con tu mamá, con tu familia, o con los tíos, o los amigos, o en la escuela. Un ejemplo de mi experiencia personal: yo tenía 6 años, y recuerdo los últimos dos partidos del mundial contra Inglaterra y Alemania como si fuera hoy. Los vimos todos juntos en la casa de mis tíos. Era tanta la alegría, la euforia y la pasión de los mayores, que yo lo viví como algo espectacular… jajaja… ver a todos ellos tan contentos. Y por ende, eso pasa a ser parte nuestra, de lxs niñxs. Y si encima luego, jugas a la pelota con tus amigos en la calle, en el club, de más grande jugas torneos, te dedicas al deporte, fortaleces eso que quedó incrustado en el suboconsciente. 

Lógicamente uno de adulto puede ver y traer varias cosas del subconsciente, no sólo la pasión ilógica por el fútbol, sino muchísimas cosas, que está bueno traer para dejar de tener respuestas automatizadas y empezar a tener reacciones propias (y no de otros) cada vez más, y respuestas conscientes frente a las cosas que nos presenta la vida.  Así empezar a tener el control de nuestra vida, y no que sea llevada a cabo por una mente que no construimos nosotros, sino todos los demás.  

En mi experiencia personal lo he hecho en todos los ámbitos de la vida y lo sigo haciendo. Siempre hay algo más para hacer consciente. Sigo sacando y sacando cosas del subconsciente como quien saca ropa de un baúl viejo. Incluso con el fútbol. Yo era fanática de Independiente. Ahora no soy fanática de nada. Porque ningún fanatismo es bueno. Y he dejado de seguir a mi equipo y el fútbol en general. Pero sí con la Argentina me he quedado y con los mundiales porque, consciente, de todo lo que les conté, esto SÍ LO ELIJO VIVIR porque para mí es un GRAN ENTRETENIMIENTO ahora. Antes era de vida o muerte. Ahora es una fiesta que elijo vivir porque LA MENTE NECESITA TAMBIÉN ENTRETENIMIENTO. Es casi una prescripción médica, distraerme.  

La selección de fútbol, representar un país en un deporte, siempre me ha conmovido mucho… por lo que les expliqué del subconsciente y también porque sé en carne propia, aunque haya sido amateur, el esfuerzo que hay detrás de hacer un deporte. Y esta selección en particular, que ha jugado tan lindo, más aún, a lxs que nos gusta el fútbol, más aún nos incita a verlos. A las personas que no los atraviesa la pasión por el fútbol, probablemente hayan sido niñxs que hasta los 6, 7 u 8 años, nadie le pasó esa experiencia de que frente a un gol, viene un festejo, una alegría compartida, un abrazo con euforia, un llanto de alegría o de tristeza. Y esa emoción no le quedó grabada en el cuerpo. El cuerpo es la emoción guardada. Puede también que le haya pasado de más grande también, porque el adolescente o la adolescente elije vivirlo. Pero por lo general, lxs que lo viven con más emoción es porque sucede antes esa transmisión de generación en generación (o en otros ámbitos también) 

Y sé que hay muchos que piensan que no hay que alimentar el mundial, el dinero que mueve, que hay cosas mucho más importantes. Y es verdad, hay cosas mucho más importantes pero los que disfrutamos de esa pasión guardada y que al menos por mi parte soy consciente, y dejo salir en estos momentos mundialistas o de torneos importantes, no quiere decir que seamos personas que no pensemos en aquellas cosas importantes también. Una cosa no quita a la otra. Por mí parte, me entretengo con esto, y mi mente lo necesita y yo lo disfruto. Sin embargo, luego hago las cosas que siento importantes. Y es cierto también que el fútbol mueve demasiado dinero, pero ha llegado a ser eso, justamente, porque una gran mayoría tiene en ese 95% del cerebro esa pasión guardada desde pequeños. Algunos no son conscientes de este mecanismo, pero lo tiene igual, y así funciona la cabeza y nuestro cuerpo. Hay una serie en Netflix que muestra los orígenes del fútbol: “The English Game”. La recomiendo. Primero vino el amor y la pasión, y luego entonces vino la plata. 

La gente del mundo espiritual, del cual formé parte (ahora no formo parte hacia afuera, pero sí mucho hacia adentro porque estoy indagando mucho conmigo misma y estudiando por mi cuenta), también critica que no es algo importante, que es algo de la “maya”, mundo ilusorio, no real, según el hinduismo, y que por lo tanto no tiene validez. Según estas filosofías, la maya es este mundo de la realidad, lo que vemos, lo que existe y dicen que es una mera ilusión, que el Ser es lo único importante, verdadero y permanente. Todo lo demás, es como si fuera un sueño. En ese caso, todo sería una gran ilusión, no sólo el fútbol, sino todo, por ejemplo cuando nos sentamos a desayunar por la mañana, también sería una ilusión. Claro que ser consciente del “Ser” por llamarlo de algún modo es vivir de verdad, pero este Ser que somos vive en la maya, y en este planeta, en este mundo real. Estas filosofías han negado lo terrenal y material. Sin embargo, yo creo que esta maya existe, la modificamos nosotros, nos manifestamos en ella, nos duele y también la disfrutamos. Y ella nos modifica a nosotros, nos enseña. Por algo estamos acá, para hacernos conscientes de todo, lo más posible. 

Por esta razón, les quise contar desde mis conocimientos y experiencia. Porque lo importante es ser consciente, aprender cómo funcionamos, en mente y cuerpo. Como es algo que sé, lo hice consciente, y soy consciente de cómo funcionamos, yo podría no ver el partido y no darle bola al mundial, pero elijo verlo, dejar que mis emociones fluyan en él porque elijo disfrutar de todo eso, me divierte, me entretiene, dejo ser esa parte de mí porque me sienta lindo. Me tomo esos momentos también, para darle un descanso a mi mente y mi cuerpo de todas las cosas que sí son importantes de verdad, que me pueden doler o preocupar. Estamos en esta “maya” o ilusión para sacarle jugo al máximo, experimentar. Lo importante es no hacerlo automático sino saber, ser consciente. Así que incluso siguiendo la línea de que todo es un sueño, incluso nosotros mismos, déjenme soñar un poquito con Messi levantando la copa del mundo y que la traiga para casa… jajaja… ¡Vamos! Yo me dejo subir a la ola de la pasión que está  buenísima, sólo para divertirme un poco, para emocionarme con el fútbol una vez más, como cuando tenía seis y un jugadorazo, petiso, de pelo negro y atrevido le hizo un gol con la mano a los ingleses y otro gol único en la historia del fútbol… y los del tata Brown y el Burru… no se olvidan más.

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